Entre los años 1995 y 2005, la informática experimentó una transformación radical con el surgimiento y la consolidación de tecnologías que sentaron las bases del mundo digital contemporáneo. Este periodo se caracteriza por la popularización de Internet, el avance de hardware y software, y el nacimiento de tecnologías que revolucionaron la forma en que interactuamos con los ordenadores y la información.
Uno de los desarrollos más significativos fue la masificación de Internet. En 1995, Netscape Navigator fue el navegador web dominante, permitiendo a los usuarios acceder y navegar por la creciente cantidad de información en línea. Posteriormente, Internet Explorer de Microsoft tomó la delantera, contribuyendo a la democratización del acceso a la web. El uso de navegadores web se volvió indispensable, y la competencia entre Netscape e Internet Explorer, conocida como la «guerra de los navegadores», impulsó innovaciones en la experiencia de usuario y la funcionalidad web.
Durante esta década, los lenguajes de programación y las tecnologías de desarrollo web también avanzaron significativamente. HTML y JavaScript se consolidaron como pilares del desarrollo web, mientras que CSS comenzó a utilizarse ampliamente para mejorar la presentación visual de las páginas web. Además, lenguajes como Java y PHP ganaron popularidad por su capacidad para crear aplicaciones web dinámicas y robustas. Java, en particular, se destacó por su portabilidad, permitiendo a los desarrolladores escribir código una vez y ejecutarlo en cualquier dispositivo con una máquina virtual Java (JVM).
En cuanto a sistemas operativos, Microsoft Windows 95 marcó un punto de inflexión con su interfaz gráfica de usuario y capacidades multitarea. Windows 98, 2000, y XP siguieron, cada uno ofreciendo mejoras en estabilidad, seguridad, y compatibilidad con hardware. En el ámbito del software libre, Linux emergió como una alternativa robusta y flexible, especialmente en entornos de servidores. Distribuciones como Red Hat y Debian ganaron tracción, promoviendo la filosofía de código abierto y la colaboración comunitaria.
El hardware también experimentó avances significativos. Los procesadores se volvieron más potentes y asequibles, con Intel y AMD liderando el mercado. La adopción de la arquitectura x86 y el desarrollo de tecnologías de red como Ethernet y Wi-Fi revolucionaron la conectividad, facilitando la creación de redes locales (LAN) y la conexión inalámbrica a Internet.
Las suites de software de ofimática, como Microsoft Office, se convirtieron en herramientas esenciales para la productividad empresarial y personal. Aplicaciones como Word, Excel y PowerPoint se volvieron estándares en el entorno de trabajo. Asimismo, los sistemas de gestión de bases de datos, como Oracle y MySQL, se consolidaron como herramientas cruciales para el almacenamiento y la gestión de información empresarial.
La seguridad informática comenzó a ganar atención con el aumento de las amenazas cibernéticas. El desarrollo de software antivirus, firewalls y tecnologías de cifrado se volvió fundamental para proteger la información y las redes.
