El rock progresivo, o prog rock, es un subgénero del rock que se originó a fines de la década de 1960 en el Reino Unido está caracterizado por su complejidad musical, sus composiciones extensas y dramática experimentación. Este subgénero surgió como una respuesta o protesta contra las alambicadas creaciones y limitaciones de la música pop e incluso del rock de aquellos años a causa de la industria discográfica.
En aquellos años ya existía un rock comercial muy productivo, aunque de él también emergió la psicodelia y el rock experimental. Bandas famosas como The Beatles, The Beach Boys, y The Moody Blues prestaron atención a los nuevos movimientos y comenzaron a incorporar elementos sinfónicos; la estructura de sus canciones se volvió más compleja, pero que tan sólo eran sólo canciones o partes de canciones y nunca un álbum completo, hasta que en 1969, King Crimson lanzó su álbum debut «In the Court of the Crimson King», que es considerado uno de los primeros y más influyentes álbumes del rock progresivo.
Tras el éxito de la novedad esta década es considerada la era dorada del rock progresivo. En pocos meses, bandas como Yes, Genesis, Pink Floyd, Emerson, Lake & Palmer, y Jethro Tull definieron y acotaron el género con álbumes conceptuales, largas suites musicales y prodigioso virtuosismo instrumental. Varios años después, Pink Floyd alcanzó en 1973 un éxito masivo para este subgénero con su álbum «The Dark Side of the Moon», mientras que Yes lo consiguió en 1972 con álbumes como «Close to the Edge».
Durante esta década, el rock progresivo evolucionó y se fusionó con otros estilos, aparte del pop del rock. Las mismas bandas, como Rush, Genesis y Yes, adoptaron un sonido más accesible y orientado al pop. Los críticos comentaron el surgimiento de un neo-rock progresivo, encabezado por bandas como Marillion, que revitalizó y actualizó este subgénero con un enfoque en melodías más accesibles y letras introspectivas, aunque denotaba ya una fuerte decadencia.
En esta década se experimentó un renacimiento con la llegada de bandas como Dream Theater, Porcupine Tree, y Tool, que combinaron el rock progresivo con el metal y otros géneros modernos que continuaron durante la siguiente década. Estas nuevas bandas se adaptaron a los nuevos tiempos acercando a las generaciones más jóvenes al subgénero.
El rock progresivo no ha desaparecido sino que ha continuado evolucionando y diversificándose. Bandas contemporáneas como Steven Wilson, Haken, y Opeth continúan innovando, manteniendo vivo el espíritu experimental del género mientras exploran nuevas fronteras musicales y que no tiene nada que ver con sus principios de los años 60.